El parapentista chino Peng Yujiang vivió una experiencia extrema y casi fatal al ser succionado por una poderosa corriente ascendente que lo arrastró hasta los 8.598 metros de altitud, una altura cercana a la cima del monte Everest. Durante el ascenso, enfrentó temperaturas de hasta -40 °C y niveles de oxígeno críticos, lo que lo expuso a un alto riesgo de asfixia y congelación.

A pesar de las condiciones extremas, Peng logró sobrevivir sin asistencia de oxígeno, estableciendo un récord mundial de vuelo sin oxígeno en parapente. En las imágenes que se volvieron virales en redes sociales, se lo puede ver visiblemente afectado por el frío, con signos de congelación, mientras es elevado sin control en el cielo.

El impresionante episodio ocurrió durante una competencia y ha generado asombro en la comunidad deportiva internacional por el nivel de resistencia física y mental demostrado por el deportista. Tras aterrizar a salvo, Peng fue asistido y se encuentra en proceso de recuperación, convirtiéndose en protagonista de una de las hazañas más extremas registradas en deportes de aventura.

Serena Aranda, flamante Licenciada en Hotelería y Turismo, decidió cerrar su etapa universitaria con un gesto tan valiente como auténtico: se vistió como Sailor Moon para presentar su tesina. Sí, como la heroína del anime que marcó a generaciones. Y lo hizo con un mensaje que tocó corazones: “Siempre me molestaron por ser otaku, friki, geek… y miren, así me volví licenciada. Siempre sean fieles a ustedes mismos”.

Pero no fue solo un disfraz por gusto, sino parte del concepto de su proyecto final: una propuesta de restobar temático para fans del anime, videojuegos, películas y cómics, dentro del turismo gastronómico. Es decir, llevó su mundo friki a un plan profesional que apunta a conquistar a un público que busca experiencias diferentes.

La joven se recibió en la Universidad Columbia, y su historia rápidamente se volvió viral. Su elección no solo mostró creatividad, sino también valentía para reivindicar lo que la hace feliz. Y como diría Sailor Moon: ¡en nombre del amor y la luna, lo logró!

Mientras Hollywood se desvive por escribir la próxima gran saga épica, internet ya coronó a su nuevo rey, y no, no es británico ni actúa en “The Crown”. Se trata de King Charles, un jagua’i amarillo con más autoridad que muchos líderes mundiales, que desde un refugio rural en China logró lo que ni las cumbres internacionales: imponer orden sin decir una sola palabra (ni un solo ladrido). Su historia, documentada cual serie de intriga por la cuenta de Instagram Sleep New, es básicamente Juego de Tronos, pero con más pelo y menos presupuesto.

Todo empezó con un dramático episodio en el que Rocky, el rebelde de la jauría, desafiaba el orden establecido. La tensión era digna de HBO, hasta que apareció Thorne, un pastor alemán de esos que uno esperaría liderar… pero no.

El verdadero alfa entró en escena con la sutileza de un emperador: King Charles, pequeño, elegante y con la serenidad de quien no necesita gritar para ser respetado. Bastó una mirada y una patita sobre el cuello del revoltoso Rocky para sellar su autoridad. Nada de sangre, gritos ni escobazos (aunque la escoba de la cuidadora estuvo ahí, solo como decorado simbólico).

Desde entonces, la saga perruna se actualiza con capítulos donde el drama no falta: alianzas tensas, disputas territoriales y una realeza que no se inmuta. Rocky insiste en desafiar el poder, Thorne sigue con su rol de guardaespaldas obediente, y la escoba humana sigue sin mayor éxito. Pero King Charles permanece estoico, demostrando que el verdadero liderazgo no necesita ladrar… solo caminar lento y mirar con desprecio.

“Los perdedores no paran de hablar, mientras los ganadores guardan silencio”, escribe Sleep New en uno de los posts, como si el perrito fuera el nuevo Sócrates de la sabana canina. Y así, mientras Netflix cancela series y los políticos se pelean en cámara, este pequeño emperador de cuatro patas sigue sumando vistas, likes y súbditos virtuales.

Porque sí, en un mundo cada vez más caótico, al parecer lo que nos faltaba era un rey… peludo, bajito y con mejor manejo del poder que muchos humanos. Mirá los videos.