Como cada año, el Día de la Madre moviliza emociones fuertes, y frente al penal de mujeres del Buen Pastor eso se vio clarito: una fila larguísima de familiares, con flores, regalitos y muchas ganas de ver a mamá. Desde temprano, hijos, hijas y nietos aguardaban su turno para entrar y compartir aunque sea un rato con sus seres queridos privadas de libertad.

El Ministerio de Justicia habilitó que, por esta fecha tan especial, los niños y adolescentes puedan ingresar a las penitenciarías del país para visitar a sus mamás o abuelas. La medida rige en todos los penales, con horarios específicos en cada uno. Porque aunque haya rejas de por medio, el amor de mamá no entiende de muros ni sentencias.

Foto: Radio UNO

Tras los festejos patrios que congregó montón de gente en Asunción, la Madre de Ciudades amaneció como si hubiese pasado un tornado de chipas, latitas y bolsas voladoras. Las calles del centro quedaron tapadas de basura,  como si la patria también se celebrara tirando todo al suelo. Y lo peor: no es la primera vez. Ya parece tradición.

“El problema no es solo la falta de tachos, sino la falta de educación y gestión, todo junto nomás”, tiró sin pelos en la lengua el abogado Rubén Galeano en contacto con la 1020 am. Y agregó: “La falta de basurero no disculpa al puerco, ni la falta de cultura al que está al frente de la Municipalidad”. Y tiene nio razón: unos tiran, otros no limpian, y al final ñande sy Asunción paga el pato.

Así que mientras unos celebraban la independencia, otros (los recicladores) tenían que hacer el triple de esfuerzo al día siguiente. Capaz para el 215º aniversario se nos prende la lamparita y aprendemos que patria también es no dejar todo hecho un basural. ¡Rohayhu Paraguay, pero sin basura por favor!

La noche del 14 y la madrugada del 15 de mayo estuvieron cargadas de color, música y pura emoción en el centro de Asunción. Una lluvia de fuegos artificiales iluminó el cielo y marcó el cierre de los festejos por los 214 años de nuestra Independencia y los 21 años del Centro Cultural El Cabildo. La gente se fue hasta la Plaza Juan de Salazar y alrededores, donde no cabía ni un alfiler, todos listos para pasarla bien y celebrar a lo grande.

Desde temprano nomás ya se armó el movimiento. En la sede del Cabildo, hubo exposiciones de documentos históricos, fotos de los próceres y visitas guiadas por las distintas salas del museo. Chicos, grandes, abuelitas con chipas en la cartera… ¡de todo un poco! Se pudo ver desde arte popular hasta obras contemporáneas con un toque internacional, todo con la intención de valorar lo nuestro y también mirar un poco más allá.

El festejo fue organizado entre varias instituciones, incluyendo al Congreso, la gente del Cabildo, la Municipalidad, la Primera Dama y la Movida del Centro Histórico. Todos pusieron su parte para que salga lindo, y la verdad que valió la pena. Hubo cultura, historia, luces, alegría y ese calorcito de orgullo patrio que te hace decir: ¡Rohayhu Paraguay!