¡Hala, qué nivel! La próxima semana, el presidente paraguayo Santiago Peña aterrizará en Japón, no solo para disfrutar del paisaje nipón y comer sushi, sino para reunirse con el primer ministro Ishiba en el marco de la Expo Osaka-Kansai. Según medios japoneses como NHK, el encuentro busca elevar las relaciones bilaterales a una “asociación estratégica”. De paso, ambos países intentarán armar un club exclusivo de consultas diplomáticas.

Paraguay será cortejado por Japón, que busca aliados con convicciones fuertes y relaciones internacionales aún más exóticas. En Tokio esperan que Asunción comprenda lo mal que se ve desde Asia eso de cambiar fronteras “a la fuerza”, algo que Pekín viene practicando con entusiasmo.

Por supuesto, no todo es geopolítica: también habrá charlas sobre inversiones, acuerdos comerciales y cómo esquivar tarifas estadounidenses con un poco de creatividad sudamericana. Si todo sale bien, Japón encontrará en Paraguay no solo un aliado diplomático, sino un socio económico con encanto Mercosur. Todo mientras se brinda, quizás, con sake y chipa.

Durante el Te Deum celebrado por los 214 años de la independencia patria, Monseñor Pierre Jubinville, obispo de San Pedro y presidente de la Conferencia Episcopal Paraguaya, ofreció una reflexión que conectó directamente con la realidad del país. En su homilía, abordó el concepto de esperanza no como un simple deseo de mejora futura, sino como una fuerza resistente que se sostiene incluso en medio de la pobreza, el desempleo y las falencias estructurales que afectan a gran parte de la población.

El obispo hizo un llamado a mirar no solo hacia adelante, sino también hacia atrás, para reconciliarnos con nuestro pasado sin glorificarlo ni ocultarlo. Habló de una “esperanza integral” que no borra las heridas históricas del Paraguay —como la dictadura, las guerras, o el colonialismo—, sino que las reconoce y busca sanarlas. Criticó además la carrera desenfrenada por el progreso que deja atrás a muchos y divide a la sociedad entre ganadores y perdedores.

“Tenemos una esperanza dura, ijy, difícil de masticar”, afirmó con honestidad, apelando a la resiliencia del pueblo paraguayo. Recordó que no se trata de negar los sufrimientos del presente, sino de vivir con dignidad y fe, reconociendo la belleza y el valor que ya existen, incluso en medio de las dificultades.

El presidente de la República, Santiago Peña, anunció que partirá este sábado 17 de mayo rumbo a Roma para asistir a la misa de entronización del papa León XIV en el Vaticano.

La ceremonia se llevará a cabo el domingo 18 y contará con la presencia de líderes de distintos países.

El mandatario destacó la profunda relación que los paraguayos mantienen con la Iglesia católica y consideró el evento como una ocasión significativa para el país. “Tenemos una cercanía tremenda con la Iglesia, esta ceremonia es muy especial para nosotros”, expresó.

Durante su visita, Peña aprovechará para saludar personalmente al nuevo pontífice, el estadounidense Robert Francis Prevost, y entregarle una invitación formal para visitar Paraguay.

“Vamos a extenderle el cariño de todo el pueblo paraguayo”, aseguró el presidente, recordando la histórica visita del papa Francisco en 2015. León XIV, nacido en Chicago y con nacionalidad peruana, se convierte así en el primer papa norteamericano de la historia y el número 267 en la línea del Vaticano.