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Los espeluznantes crímenes de “El Tila”, el psicópata que atacaba a la clase alta chilena

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José Martínez Vásquez tuvo una infancia marcada por la pobreza y la violencia y ya de adulto, se convirtió en el violador en serie más buscado del país.

La noche del 13 de diciembre de 2002 en que Roberto José Martínez Vásquez se suicidó con el cordón de una máquina de escribir que le habían prestado para escribir sus memorias, el Centro de Cumplimiento Penitenciario (CCP) Colina II de Santiago estaba a oscuras producto de un choque vehicular en las inmediaciones.

“El Tila”, apodo que le puso su golpeadora madre de niño, esperaba condena por sus múltiples violaciones y un asesinato, cometidos los primeros en las comunas santiaguinas del barrio alto a modo de venganza social por la infancia pobre y violenta que le tocó sufrir. El segundo correspondía a su pareja, una chica de 16 años adicta a la pasta base, vecina de su misma población, la famosa José María Caro en Santiago.

Tal como bien lo explica el periodista Fernando Paulsen en el prólogo del libro El Tila. Un sicópata al acecho (Catalonia/Ediciones UDP), publicado en 2016 por las periodistas Constanza Cristino, Daniela Rosales, Fernanda Varela y Noelia Zunino, “El Tila fue más que un criminal: también fue un ejemplo de la desidia social, de la indiferencia vecinal por el abuso a pasos de distancia, y del fracaso estrepitoso de las institución mandatada para hacerse cargo de los menores que cometen sus primeros delitos”.

Así lo entendió siempre también el propio Roberto Martínez, quien en una carta con sus descargos dirigida al entonces ministro de Interior, José Miguel Insunza -quien le deseó “secarse en la cárcel”-, escribió:

“Observo que por la calidad de sus ingresos difícilmente sus hijos lleguen a estar en riesgo social”.

La historia del “El Tila” se convirtió durante un tiempo en un fenómeno mediático, y varios programas de televisión dedicados a la crónica roja narraron su historia y sus brutales crímenes. Incluso en 2015 se estrenó la película El Tila, fragmentos de un psicópata, actualmente disponible en Apple TV.

Sin embargo, su figura de a poco se fue desdibujando con el tiempo y su historia cayendo en el olvido, según dicen las autoras en el epílogo de su libro:

“Al cumplirse cuatro años de su muerte, ya prácticamente nadie visitaba la tumba, ni por fervor ni por curiosidad. Bajo la cruz blanca el pasto había crecido y no había flores, salvo una rosa roja artificial que durante un tiempo estuvo atada a la cruz con un hilo celeste, y que luego se cayó sin que nadie se ocupara de volver a amarrarla”.

Infancia

Roberto Martínez Vásquez nació en Santiago el 19 de abril de 1976. Su padre fue un comerciante de relojes que abandonaría el hogar cuando nació el cuarto hermano y su madre, Matilde Vásquez, una mujer esquizofrénica que solía zurrarlos a todos.

Creció junto a sus “tíos travestis”, quienes desde los 3 años lo dejaban amarrado por las noche cuando iban a “trabajar” y a sus escasos 4 años fue “arrestado” por el cargo de “vagancia”, pues era obvio que la calle era mucho mejor que su propia casa.

Apenas con 5 años fue enviado a vivir junto a su abuela materna y una tía al sur, en Reumén, cerca de Valdivia, donde también fue tratado con dureza. Tras varios intentos de huida, a los 14 años volvió a Santiago y fue ingresado a un hogar de acogida del ya tristemente célebre y desaparecido Sename (Servicio Nacional de Menores).

A esa edad, junto a dos de sus compañeros, cometería su primer delito, el robo con violación a una profesora alemana de 24 años en su departamento del centro de Santiago.

Pese a ello y producto de su corta edad, siguió creciendo al amparo del Sename, pero a los 16 años se fugó y cayó a una cárcel para adultos, donde fue abusado sexualmente durante meses por la treintena de reos con los que compartía “pieza”.

“Ahí me puse maldito”, diría sobre esa época en una entrevista.

Y aunque antes de cumplir los dieciocho años ya había sido detenido diez veces, una luz de esperanza apareció en su vida cuando, ya mayor de edad, ingresó a un programa de rehabilitación donde destacó por su poemas y dibujos, de buena factura. Sin embargo, pronto volvería a caer en una espiral de violencia de la que solo el suicidio pudo liberarlo.

En 1994 “El Tila” junto a otros dos menores de edad asaltaron violentamente la casa de un ex gerente del diario El Mercurio, ubicada en el exclusivo barrio capitalino de Lo Curro. Fue recluido en la ex penitenciaria de Santiago y luego trasladado debido a su peligrosidad a Colina I, desde donde salió en libertad en 2021 con 25 años de rabia acumulada, sumergiéndose en las drogas y el alcohol

Las violaciones

Solo un mes después de salir en libertad, “El Tila” escaló hasta el segundo piso de un departamento en Vitacura y maniató a un matrimonio. Frustrado por el magro botín y la poca colaboración de sus víctimas, violó a la mujer, primero en el baño y después frente a su marido, y luego se fue a dormir, en un ataque que conmocionó a la opinión pública.

A esas alturas Roberto Martínez ya tenía su modus operandi, el que repitió en otros cuatro robos violando un total de cinco mujeres, hechos todos cometidos en viviendas del barrio alto capitalino, asunto que “El Tila” resaltaba con notorio resentimiento.

Durante unos nueve meses se mantuvo realizando pequeños robos por aquí y por allá, sin mayor violencia. Pero el 8 de mayo de 2002, los restos incinerados de su pareja, Maciel Zúñiga Pacheco (16), fueron hallados a un costado de la línea férrea en el límite de las comunas de Lo Espejo y Pedro Aguirre Cerda, y entonces se desató la persecución en su contra.

Quizás sabiendo que el tiempo se le acababa, el 16 de mayo asaltó a una pareja en su departamento del barrio Lastarria en Santiago Centro violando a la mujer, y el 5 de junio entró en un exclusivo edificio ubicado en La Dehesa, donde ultrajó a la dueña de casa, a su hija de 18 años, y golpeó hasta casi matar a su hermano menor de solo 9 años.

Según confesó él mismo, estuvo 11 horas dentro del departamento fumando pasta base y bañándose en la piscina del edificio. Tras ese brutal delito, la prensa lo bautizó como “El psicópata de la Dehesa”.

 

El crimen de su pareja

El 12 de junio de 2022, “El Tila” finalmente fue detenido acusado de asesinar, descuartizar e incinerar a su pareja, Maciel Zúñiga Pacheco, y a poco andar el interrogatorio los detectives supieron que se encontraban también frente al violador en serie más buscado del país.

En su declaración, “El Tila” aseguró que poco más de un mes antes la chica le había contado que se había hecho un aborto clandestino, cosa que lo enfureció al punto de amarrarla, golpearla salvajemente e intentar ahorcarla, sin mayor éxito.

Tal como en sus otros crímenes, “El Tila” se dio su tiempo incluso para dormir una siesta. Al despertar tomó un cuchillo y apuñaló en el estómago a Maciel, viendo cómo se desangraba lentamente. Luego tomó un serrucho y la descuartizó, subió sus restos a una carretilla y se dirigió a la línea del tren, donde le dio unas monedas a unos niños que lo ayudaron a buscar leña para quemar sobre un colchón lo que les dijo, era basura.

Confesados sus crímenes,

“El Tila” fue entonces encerrado en la cárcel Colina II de Santiago y tras un juicio en el que los diarios escribieron ríos de tinta, solo le restaba recibir su condena. Abrumado y vigilado durante las 24 horas, la noche del 13 de diciembre de 2002 se ahorcó, aprovechando un corte de luz en casi toda la comuna. Para ello utilizó el cordón de una máquina de escribir que el mismo juez que llevaba su causa le había prestado, en la que había comenzado a escribir sus memorias.

“El gendarme Soto se tardó cerca de media hora en finalizar su inspección por la totalidad del módulo. Cuando llegó a chequear a Martínez nuevamente, llamó al detenido por su nombre y no hubo respuesta. Repitió la acción y nada. El gendarme miró por la ventanilla y, con la poca luz que se colaba desde el pasillo, vio a Martínez arrodillado en su cama, vistiendo calzoncillos y camiseta. Tenía el cable de la máquina de escribir atado al cuello y amarrado en el otro extremo a uno de los barrotes de la ventana. El muchacho se encontraba levemente inclinado hacia delante y aún se movía”, reza un testimonio recogido en libro El Tila. Un sicópata al acecho.

Al día siguiente su cuerpo fue sepultado en el patio 8 del Cementerio Metropolitano de Lo Espejo y unos años después, trasladado a una fosa común del mismo camposanto, donde permanece en el olvido.

Fuente: Infobae.

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(VIDEO)Papa Francisco visitó a presos pero no pudo lavarles el pie

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El Papa Francisco sigue en recuperación y nuevamente apareció ante el público, esta vez, como es su tradición los jueves santos va a la cárcel Regina Coeli de Roma. Normalmente acostumbraba a realizar el lavatorio de pies a los presos, sin embargo, esta vez solo pudo visitarles y no realizar el acto al igual que Jesús ya que aún no está en condiciones tras un mes de su alta médica. “A mí me gusta hacer todos los años lo que hizo Jesús el Jueves Santo: el lavado de los pies, en la cárcel. Este año no puedo hacerlo, pero puedo y quiero estar cerca de ustedes. Rezo por ustedes y por sus familias”, sentenció.

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Dos muertos y cinco heridos en tiroteo masivo en la Universidad Estatal de Florida

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La policía y las ambulancias bloquearon la entrada al campus de la FSU en la calle Call el jueves por la tarde. Jeff Burlew/Tallahassee Democrat/USA Today Network/Imagn Images

Dos personas murieron tras un tiroteo en la Universidad Estatal de Florida, según el jefe de policía de la FSU, Jason Trumbower.

Trumbower indicó que las dos personas fallecidas no eran estudiantes de la universidad.

El sospechoso del tiroteo del jueves fue identificado como Phoenix Ikner, de 20 años, según informó el sheriff del condado de Leon, Walter A. McNeil, en una conferencia de prensa.

Cinco personas fueron reportadas a un hospital local con heridas de bala y el atacante también fue trasladado al hospital, según Trumbower.

El Tallahassee Memorial Healthcare dijo previamente a CNN: “TMH recibió y atiende activamente a pacientes relacionados con un incidente ocurrido en la Universidad Estatal de Florida. En este momento, los detalles aún están en desarrollo y aún no tenemos información específica para compartir”.

La magnitud de dichas lesiones no está clara, según fuentes policiales que citan informes preliminares.
“Se ha reportado un atacante activo en la zona de la Unión de Estudiantes”, informó la universidad en una publicación en X. “La policía está en el lugar o en camino. Continúe buscando refugio y espere nuevas instrucciones. Cierre con llave y manténgase alejado de todas las puertas y ventanas, y prepárese para tomar medidas de protección adicionales”.

CNN se ha comunicado con el Departamento de Policía de Tallahassee, la oficina del Sheriff del Condado de Leon y la universidad.

Una estudiante de la Universidad Estatal de Florida que se encontraba en el campus en el momento del incidente describió una “situación muy alarmante” que aún continúa.

Emily Palmer, de 21 años, dijo que se encontraba en la zona del centro estudiantil de la FSU cuando se emitió una alerta de una “situación peligrosa” en el campus.

A los estudiantes se les ha informado que el atacante está bajo custodia, pero Palmer dijo que le preocupa lo que pueda haberles sucedido a sus conocidos.
“Estoy preocupada por mis amigos. Tengo amigos en clase que fueron evacuados por la policía con las manos en alto”, dijo.

“Estoy temblando”, dijo. “Simplemente están sucediendo muchas cosas”, declaró a CNN desde la seguridad de su residencia estudiantil.

Richard Rind, director de transporte y estacionamiento de la universidad, declaró a CNN que se encontraba resguardado en el lugar el jueves mientras los vehículos de emergencia llegaban al campus.

“Hay muchos vehículos de emergencia en el lugar, pero no se puede ver mucho porque estamos confinados en un edificio al otro lado de la calle”, declaró Rind a CNN, y agregó que escuchó disparos y vio gente corriendo mientras se desarrollaba el incidente el jueves por la tarde.

El gobernador Ron DeSantis expresó su apoyo a la universidad en una mensaje divulgado en X: “Nuestras oraciones están con la familia de la FSU y las fuerzas del orden estatales responden activamente”.

Fuente: CNN.

 

 

 

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Fue a un campamento de orgasmos y contó todo lo que vio: “Me agoté”

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Jana Hocking fue a un “campamento de orgasmos” en Estados Unidos y describió su experiencia en un artículo para el New York Post. Dijo que terminó “exhausta, pero en el buen sentido”. ¿Por qué?

La introducción al programa “Back to the Body” le costó a esta “madre de los suburbios” nada más ni nada menos que 750 dólares. Pagó por un retiro de tres días en un desierto de California (existe una versión de 7 días de 15.000 dólares en el extranjero) con el objetivo de vivir un despertar sexual.

El programa es solo para mujeres. Eran dieciséis en total. Lo lideró la especialista Pamela Madsen y sus “educadores sexuales”, que recurren a juegos eróticos, talleres, meditaciones y demostraciones en vivo para enseñarles sobre placer a sus clientas. El único hombre que trabaja en el equipo es Court, que se encarga de prácticas específicas.

La experiencia empezó con una cena en el “templo”, que no era más que una sala con almohadones y colchonetas en la que todas compartieron sus razones y expectativas. Acerca de ese momento, Jane destacó que muchas mujeres dijeron que estaban allí para recuperarse de traumas.

El primer ejercicio que hicieron fue el “Levantamiento de Loto”: dos se ponían espalda con espalda con una mano en el pecho y la otra ahuecando la vulva y luego se balanceaban sincronizadamente.

Acto seguido, se acostaron sobre colchonetas y dejaron que las practicantes excitaran su piel con plumas y caricias. La actividad siguió con juegos de cuerdas, y para eso, que requería fuerza, estaba Court.

Ese mismo día, Jana experimentó un ritual de adoración en el que les colocaron a todas las mujeres frutas y cristales ornamentales sobre sus cuerpos desnudos.

Al día siguiente, las clientas despertaron y tuvieron una clase con una uróloga para “desestigmatizar la salud sexual femenina”. La noche fue más intensa: hubo un show de cuerdas y shibari.

El último día por la mañana, la mujer experimentó “el plato fuerte”: una sesión de sexoterapia en vivo llevada a cabo por Court y Pamela.

En conclusión, la experiencia le sirvió con creces. “Al final del retiro estaba agotada. En el mejor sentido. Había salido tanto de mi zona de confort que ya ni siquiera podía verla. Pero me fui empoderada, inspirada por las mujeres que se toman en serio su placer y lo reclaman a su manera”, escribió.

“Y si algo aprendí es que las mujeres no perdemos el deseo con la edad. Simplemente perdemos el acceso a él”, concluyó Jane.

Fuente: Clarin.

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