Don Nicolás Britos Gamarra, un karai de 94 años, pero con una vitalidad de un péndex de 18, venció al coronavirus. La familia es oriunda de la ciudad veraniega de San Bernardino y son devotos de la Virgen Milagrosa de Caacupé, quien fue la principal razón de lucha.

El Popu conversó con una de las hijas del valiente karai que está a punto de llegar a los 100 años. La doña se llama Lucy Britos y contó cómo fueron los días difíciles que les tocó vivir con el papá guasu de ellos.

– ¿Cómo se dieron cuenta de lo que pasó con su padre?

– Empezó teniendo una fiebre y estaba muy decaído por esa razón. Era algo muy notorio en él, no tenía ganas de nada, no quería levantarse de la cama, ni del asiento. Comía poco, pero todos pensábamos que era una gripe nada más y con una tos que luego fue empeorando. En un momento dado ya tenía catarro y eso le agitaba en su respiración.

– ¿En qué momento empezaron a alarmarse por los síntomas que presentaba?

– Cuando nos dimos cuenta que ya tenía problemas respiratorios y la tos y el catarro no cesaban, decidimos que ya teníamos que controlarlo y llevarlo al hospital. Ahí nos recomendaron que teníamos que hacerle el hisopado. Le llevamos a un consultorio privado, le hicimos la prueba y salió positivo. Ese fue al cuarto día de la gripe. Deshidratación también tuvo.

– ¿Cómo tomaron la noticia?

– Lo extraño en él fue su fortaleza, desde el primer momento no se entregó. Solo decía que quería acostarse, luego se levantaba y estaba ahí con nosotros. Cuando aumentaba su decaimiento fue lo que nos llamó la atención. Personalmente decía que por su edad avanzada, no iba a aguantar la enfermedad. Esperaba lo peor, tengo que ser honesta con eso y no quería que lo lleven a los hospitales. Me asustó la noticia.

– ¿Dónde estuvo internado y cómo fue el tratamiento?

– Nos dijeron que teníamos que llevarle al hospital distrital de Caacupé, ahí me tranquilicé, porque si nos decían que le lleváramos al Ineram, yo me iba a oponer rotundamente porque no confío en ese hospital, porque hay demasiados enfermos y además con su edad. Quedó internado, le hicieron una placa radiográfica en los pulmones y salió que estaban muy sanos. La tos y el catarro no estaban tan avanzados. En ese momento informaron que estaban en el día 12 del Covid.

– ¿Qué decían los médicos por el paciente?

– Ellos quedaron sorprendidos, porque a la edad que tenía mi papá aguantó la enfermedad y por mucho tiempo y de a poco fue mejorando. Al final le detectaron una infección en la vía urinaria y por esa razón quedó internado una semana más. El covid, él pudo superar la etapa crítica y se iba curando, respiraba bien, dejó de usar la máscara de oxígeno que la usó por un tiempo.

– ¿Cuál fue la razón principal, a su parecer, por la cual su papá venció al Covid?

– Pienso que su personalidad y carácter, él es un señor puro broma, nunca toma las cosas a mal, no responde mal nunca, no tiene miedo. Nos decía que no le tengamos miedo a la enfermedad, que es una más de las tantas que hay. Esto quiero que llegue como un consejo de vida, que la esperanza y la fe nunca hay que perder. La fortaleza moral y espiritual es primordial. ‘Yo no siento nada, ya me voy recuperar. No se preocupen’, así nos decía.

– ¿La fe fue un pilar también para la familia?

– Sí, nos encomendamos muchísimo a la Virgen de Caacupé, somos muy devotos de ella. En familia hicimos una cadena de oración, nos comunicábamos constantemente. Somos 3 hermanos, dos mujeres y un hombre. Él vive con mi hermana y su familia en la compañía Pirayu’i, barrio Virgen de Caacupé, justamente así se llama el lugar en el que vive.