Joven comunicador tumbado por el Covid estuvo internado en terapia en el Ineram, donde hasta fue intubado. Tras despertar de su estado de inconsciencia, sufrió ataque de pánico: “Tuve miedo cuando desperté, porque empecé a experimentar ataques de pánico”.

Se trata de Diego Talavera Larrosa, de 36 años, funcionario de la la muni de Asunción, fue otro valiente joven que venció al virus maldito, tras permanecer 18 días internado en el Ineram, donde vio de todo. Explicó que la enfermedad existe y que “no importa si la gente no cree, porque de que existe, existe”.

-¿Te internaron desde que diste positivo al Covid?

-Me hice la prueba y al día siguiente me salió el resultado positivo. Comencé a tomar Ivermectina, algunos antibióticos y me quedé en casa. Pero después ya me faltaba el aire, apenas podía caminar. Pensé que era una gripe. Jamás pensé que era una neumonía. Hablé con mi jefe, Nico García, y me dijo que consulte, porque estaba muy mal, que tenía que internarme.

-¿Le hiciste caso a tu jefe?

-Pensando en mis padres, fui a consultar al Ineram. Apenas ya saturaba, y ya me dejaron internado. Cuando me midieron el oxígeno, me dijeron que me tenían que internar.

-¿Cuántos días estuviste internado?

-Estuve internado 18 días y una vez que ingresé, fui a Urgencias y luego ya me descompensé. Parecía que me iba a asfixiar. Me sentía agitado, de noche.

-¿Te pasaron a terapia intensiva?

-Me dijeron que me iban a intubar y les pedí, por favor, que hagan eso. Mis compañeros pensaron que me morí, porque los médicos le dijeron que necesitaba hablar con ellos, en persona. Les dijeron que no pasaba la noche, porque estaba mal.

-¿Recordás algo cuando estuviste intubado?

-Lo último que recuerdo fue que el médico me dijo: ‘Vas a dormir un rato’. Y, seguidamente, ya me sedaron. Después escuché que una mujer me preguntaba cómo estaba. Le respondí que bien, miré a mi alrededor y ya estaba en otra sala. Tenía los brazos todos marcados por los pinchazos. En ese momento estaba en reanimación. Me desperté todo duro y pregunté a la enfermera qué tan mal estuve anoche. Me dijo que pasaron 5 días. Me sorprendí, porque pensé que desperté al día siguiente.

-¿Cuántos días estuviste intubado?

-Estuve 4 días con intubación y un día más, dormido. Todos me preguntan si vi la otra vida pero, lamentablemente, no recuerdo nada. Fue un sueño profundo.

-¿Qué pensaste al despertar?

-Tuve miedo cuando desperté, porque empecé a experimentar ataques de pánico. La parte sicológica te rompe cuando estás ahí. Se conectan todos los cables. Es tipo Matrix (película de ficción futura). El sonido de las máquinas te quitan el sueño. Comenzaron a temblarme las piernas, respiraba más fuerte, pero era algo emocional y por más que me decían que estaba bien, no podía controlarme. Y ahí ya me subía la presión. Tenía taquicardia y me daban ansiolítico fuerte. Era un estrés.

-¿Qué fue lo que más te impresionó en la sala?

-Vi un muchacho de 32 años, obeso. Le hicieron reanimación. Los doctores se subían sobre él para traerlo de vuelta, pero falleció, lamentablemente. Vi todo eso, cuando le sacaban los cables y la cara de frustración de los doctores. Lo que más me llamó la atención fue el despliegue de energía y potencia de un médico saltando sobre paciente que estaba muriendo. Era como un león saltando por una presa. Estuvo 5 minutos por ahí y no hubo caso.

-¿Qué hacías para hacer pasar el tiempo?

-Después me mudaron a otra sala y me encontré con un pastor (religioso), quien me prestó un libro que me ayudó muchísimo y ya no necesitaba de ansiolíticos.

-¿Te refugiaste en la oración?

-Recé mucho, con el único que podía hablar, era con Dios. Ahí me di cuenta que el ser humano no tiene ningún poder. Que llegando a esa instancia, tenía que pedir ayuda para hacer mis necesidades. Me di cuenta que nada depende de uno. Es cuando Él diga, y como Él diga.