La modelo Rocío Adorno reveló a sus seguidores en las redes las diversas situaciones de pobreza que atravesó cuando era niña y adolescente. Contó que pasó de ser limpiadora y niñera a promotora hasta convertirse en Miss Tanga y ganó el Baila Conmigo y ahora es el sustento de su familia. En conversación con el Popu reveló más detalles.

-Rocío, ¿te conmueve recordar lo que pasaste de niña y adolescente?

-Muchísimo. Se me escapan las lágrimas cuando recuerdo aquellos tiempos y digo ¡qué bendecida soy! a pesar de miles de obstáculos que pasé aquí estoy.

-¿Tuviste que ser niñera, ayudante de cocina, qué más hiciste de pequeña?

-De niña, con mi abuela vendíamos remedios yuyos, a los 13 años ya me tuve que mundar por Asunción de empleada, de ahí pasé a ser limpiadora, luego trabajé en una guardería de niños, ayudante de cocina, niñera y así fueron mis batallas.

-Luego entraste al modelaje..

-Sí, entré al modelaje, primero como promotora, me presentaba a todo tipo de concursos, comencé a viajar, después me propusieron inscribirme al certamen de Miss Tanga que gané y, a partir de ahí fui para arriba, ya saben todo lo bueno que vino después.

Rocío recordó su difícil infancia.

-¿Te sentís orgullosa de haber trabajado en todo eso?

-¡Muy orgullosa! Podía haber regresado a la campaña, a mi valle Ybycui, y quién sabe qué iba a pasar conmigo en esos tiempos, por ahí me quedaba embarazada o me fundía por miedo a enfrentar a un mundo que no conocía.

-Algunos te dicen que sos un ejemplo y motivación para muchas. ¿Cómo tomás eso?

-La verdad que me pongo muy sensible, es lindo leer mensajes así de tanta gente. No se imaginan lo que siento cuando me dicen esas palabras, me llega el cariño de la gente tan real.

-Tu mami es la que más orgullosa estará de vos, ¿es así?

-Mi mamá, mi abuela y mis hermanos, todos. Hay días que ni ellos creen lo que hoy vivimos porque nunca nadie se imaginó que yo iba ser el soporte de la familia. Trato de darles todo lo que puedo para que no pasen lo que yo pasé cuando yo era chica, la carencia extrema, porque eso fue lo que viví.