Finalmente, el supuesto homicida del policía Benito Javier Báez Figueredo (39), se dio por detenido. Se trata de un menor de 17 años. El hecho ocurrió el pasado domingo, en el Bañado Sur.

En entrevista con un medio de prensa asunceno, con el permiso de su familia y abogado, el péndex dijo que confesó ser el autor porque tenía miedo de Báez, debido a que cuando le agarraba, este le golpeaba.

“Era él o yo. Me adelanté en este caso. Varias veces él me agarró y me golpeó. Él me metía en su auto y me pegaba. Quería que le venda drogas”, mencionó.

Por otro lado, subrayó que no pertenece a ninguna facción criminal. “No soy parte del clan Ledesma, ni Rotela. Confío en la Justicia y sé de las consecuencias”, manifestó.

“Se ha puesto a disposición, de manera voluntaria, para precautelar los derechos que le preceden y que se respete el debido proceso. Mi defendido es menor de edad. Sabemos de la objetividad del fiscal Marcial Machado. Necesita el asesoramiento de los psicológos y Poder Judicial. Faltan varias diligencias que realizar”, contó el leguleyo Osvaldo Arrúa.

JUAN E. O’LEARY, Alto Paraná. Una presunta proxeneta dedicada a la trata de personas con fines de.explotación sexual fue aprehendida por agentes dependientes de la Dirección Contra el Secuestro y el Terrorismo.

Se trata de Nalda Esther Peralta Pérez, de 23 años de edad. Fue interceptada en un operativo realizado ayer, a eso de las 17:00, por personal de la Division Inteligencia del Departamento Contra la Trata de Personas, en el barrio La Candelaria, de esta ciudad.

De su poder se incautaron de un aparato celular. La misma fue puesta a disposición de la fiscala Vivian Coronel, quien emitió la orden de captura correspondiente.

KATUETE (Especial). Los fiscales Cleider Velázquez y Oscar Paredes emitieron órdenes de captura contra Deivid Petters De Souza (34), dueño de la Cantera Petters S.A., ubicada en Minga Guazú, y Andrés Pintos Venialgo (59), explosivista autorizado de la empresa, en el marco de la investigación del asalto tipo comando ocurrido en un banco de Katueté, el pasado 30 de octubre, donde los delincuentes se llevaron casi 1 millón de dólares.

Se sospecha que la cantera supuestamente se proveyó material explosivo que luego los asaltantes utilizaron para derrumbar parte de la estructura del edificio e ingresar a la bóveda.

El dueño y el encargado de explosivos están en la mira de los intervinientes porque no pudieron justificar un importante faltante en el stock de explosivos. Se sospecha que proveyeron deliberadamente las bombas al grupo criminal que ejecutó el asalto.

La pista que llevó hasta la cantera provino de la escena del crimen; los asaltantes dejaron una bomba sin detonar en una de las camionetas utilizadas para el escape, permitiendo a los investigadores realizar la trazabilidad.

Milicos de la Digemabel descifraron los códigos del material que fue fabricado en Brasil. Los dígitos confirmaron que las dinamitas en gel fueron adquiridas por la cantera, el pasado 10 de octubre, 20 días antes del asalto.

Cuando una comitiva fue hasta la cantera confirmaron el faltante de una cantidad de los explosivos, hecho que no fue denunciado por los responsables de la empresa.