Los polis de todas las comisarias fueron alertados de un supuesto hecho de “secuestro” tras una denuncia anónima que recibieron, debido a que llamó la atención de otros automovilistas la forma en que una mujer iba llorando y semi escondida en la carrocería de una camioneta de la marca Mazda, modelo BT-50, color azul, con chapa N° AACC-117. Los patrulleros y efectivos de Los Linces comenzaron a husmear el rodado en cuestión, hasta que a eso de las 09:15 de la mañana de este jueves, sobre la Avenida Mariscal López y Brasil, lo interceptaron.

Al mando iba Luciano Salinas Jara, un muchachón casado de 35 años, quien llevaba de acompañante a su esposa, Vanesa Martina Adorno de Salinas, avei de 35 abriles, los uniformados les dijeron que debían revisar su camioneta, ambos ignorando que estaba la dama escondida accediendo voluntariamente, pero acá se armó el sarambí sorokue.

La supuesta “capilla”,  identificada como Carolina Cantero de Benítez, de 35 años, quien se negaba a subir en la patrullera y “solo” quería ir con el gavilán: “Yo me quiero irme con él nomas” lloriqueaba Carolina, upei agregó: “Ayer estando con él yo me intenté suicidar, él me había pegado varias veces ya”.

Upepe  aparece “en escena” la esposa preguntando: ¿Qué pasó? y cuando la vio comenzó a gritar que “Todo era mentira”. Carolina le retrucó segura de si misma: “Tengo las pruebas Vanesa (o sea se conocían ra’e)” a lo que la titu osapukái a los polis: “Yo puedo testificar de que esta mujer esta loca”.

La desesperada supuesta amante avei he’i que Luciano no le “habló ayer” y que por esa razón habría tomado la decisión de llegar a su casa, ubicada en Itauguá y meterse a escondidas a su camioneta, para contar que tiene un hijo con el muchachón. Upepe la corneada esposa reaccionó abofeteádola y se agredieron mutuamente ante la atenta mirada del supuesto marido infiel. Los polis las separaron y llevaron a Carolina en la patrullera.

Finalmente, todos realizaron su denuncia y se descartó un hecho de secuestro, en realidad se trataría de un triángulo amoroso que terminó con todos los involucrados en la comisaria. ¡Que pelada!

Fijate en el vídeo de la intervención realizada: