Hace dos días saltó que en Petropar se estaría cocinando una adjudicación de 9.300 millones de guaraníes por un tema de seguros. Todo partió de unos mensajes que le enviaron al diputado Carlos Rejala. Hoy, este legislador “avisó” a Denis Lichi, capeto de la petrolera estatal, para que prepare buenos abogados porque lo iba a demandar penalmente.

El supuesto fatazo apuntaba a una funcionaria, identificada como Liz Irala, y al citado Lichi. Ahora, se supo que Irala fue desvinculada de Petropar y tiene que volver a su institución original, el Servicio de Calidad y Sanidad Vegetal (Senave).

Para más, si bien vuelve al Senave, al área de comunicación, oho voi sin cargo ndaje. O sea, directo al freezer.

En otro orden, Irala dijo que analiza con sus abogados si querella o no al diputado Rejala. Este último, inclusive, habría tirado la onda de que entre Lichi e Irala había algo más una relación de jefe y subordinada.

LA PIOLA

Respecto al mensaje que ganó estado público, Irala dijo que fue una broma con un colega de trabajo. “Fue una conversación entre nosotros dos, solo él y yo, obviamente yo no compartí ese mensaje”, afirmó.

También dijo sin muchas vueltas que la piola se soltó en la parte más débil. O sea, a ella la envían de vuelta a su institución, con sueldo, pero sin cargo.

Asimismo, la licitación en cuestión ahora está bajo la lupa de la Dirección Nacional de Contrataciones Públicas por sospechas para beneficiar a una empresa.

En lo que respecta a Lichi, el mismo no dijo una palabra acerca de la “vuelta a casa” de Irala, quien comenzó a ir a Petropar en junio. Pero, aparentemente, no hay papel que avale el comisionamiento.